Esperas que desconectar el motor haya sido una buena idea. Resulta inquietante escuchar cómo el motor se va callando mientras todavía estás en el aire. Sabes que puedes planear durante cierto tiempo, pero no estás seguro de cuando empezará a caer la avioneta.

La desumbrante luz se intensifica durante unos segundos y después, poco a poco, se desvanece. De inmediato vuelves a encender el motor y te encaminas hacia Miami. La neblina amarilla ha desaparecido. Rápidamente transmites por radio un mensaje para que rescaten a Silvia. Entonces respiras aliviado: ¡no puedes creer que hayas sobrevivido!

En cuanto divisas la silueta de Miami te das cuenta de que hay algo raro, peo ¿qué? Tardas algunos minutos en descubrir que uno de los edificios de más reciente construcción ¡ha desaparecido! Parpadeas y vuelves a mirar, pero no hay error. ¡No se trata del mismo Miami que has abandonado esta mañana temprano!

Tiemblas con tanta fuerza que apenas puedes aterrizar. Te dices a ti mismo que el edifico debe de estar ahí y que simplemente no lo has visto, eso es todo. Pero de pronto adviertes algo que te deja helado: el lugar en el que tus padres aparcan la avioneta ya está ocupado... ¡por un aparato idéntico al que tú estás pilotando!

Estás tan confuso que desconectas el motor y dejas que la avioneta se tope con su gemela. Te diriges a casa, esperando tranquilizarte durante el camino. Agradeces al cielo que tu casa aparente ser la misma que esperabas encontrar. Aun asi, abres la puerta con cierto nerviosismo, temeroso de que haya ocurrido algo.

-¡Hola! Estoy en casa -dices en voz muy alta.

-¿Quién es? -pregunta una voz extrañamente familiar.

Entras en la cocina y allí, en la mesa, leyendo una revista y comiendo una naranja, hay una persona idéntica a como tú eras... ¡hace dos años!

Os miráis fijamente el uno al otro sin poder articular palabra por la sorpresa. Por fin, tu “yo” más joven pregunta:

-¿Eres un primo mío o algo así?

Niegas con la cabeza.

-No, soy tú mismo. Es decir, soy quien tú serás de aquí a dos años.

-¿Qué? -exclama sorprendido tu otro yo-. ¿De dónde vienes?

-No estoy seguro, me parece que he volado a través de una deformación en el tiempo y he acabado aquí -le explicas.

Sabes que no va a ser fácil acostumbrarte a vivir con tu yo más joven, pero te dices que has sido afortunado. ¿Qué habría sucedido si hubieses viajado todavía más atrás en el tiempo, antes incluso de que tu familia hubiera existido?

 

FIN

 

Comezar una nueva aventura